domingo, 17 de mayo de 2015

ESGUINCE DE TOBILLO

El esguince de tobillo constituye una de las patologías más frecuentes de todo el sistema musculoesquelético y es considerado la segunda causa de absentismo laboral. El tratamiento de estas lesiones va desde el uso de sesiones de fisioterapia hasta la intervención quirúrgica para la reparación o reconstrucción ligamentosa.
Los esguinces del tobillo resultan del desplazamiento hacia dentro o hacia fuera del pie, distendiendo o rompiendo los ligamentos de la cara interna o externa del tobillo. El dolor de un esguince de tobillo es intenso y con frecuencia impide que el individuo pueda trabajar o practicar su deporte durante un periodo variable de tiempo. Sin embargo, con un tratamiento fisioterapéutico, los esguinces de tobillo en la mayoría de los casos curan rápidamente y no se convierten en un problema crónico. 

MECANISMO DE LESIÓN
Las lesiones de los ligamentos del tobillo pueden dividirse en grados, de modo que se clasifican de la siguiente manera
GRADO I: Es leve, provoca la elongación con desgarros microscópicos. Presenta poca o ninguna inflamación, dolor variable de poca duración y dificultad al caminar variable. (Dependiendo de la sensibilidad de la persona) Pero no lleva al paciente a un estado incapacitante.
GRADO II: Constituye una rotura ligamentosa parcial, tiene inflamación evidente con hematoma posterior, el dolor es importante y se mantiene varias horas.
GRADO III: Ruptura ligamentosa total. Presenta inflamación importante, es rápida y con gran hematoma posterior. El dolor es muy intenso, se puede mantener varios días incluso provocando imposibilidad para caminar.

TRATAMIENTO
En la primera fase del esguince de tobillo se deberá otorgar reposo parcial, no demasiado prolongado, pero sí evitando realizar ejercicios intensos o que conlleven a un sobre-esfuerzo del mismo, lo que podrá realizar son todos aquellos ejercicios de contracción isométrica para evitar la atrofia muscular; también se procederá a la aplicación de hielo durante 24-48 horas para disminuir el edema y evitar el hematoma debido a su efecto vasoconstrictor. Luego realizaremos compresión del segmento mediante la utilización del vendaje ya que éste junto con el hielo ayuda a disminuir la hinchazón (edema). Debe aplicarse de forma regular, de distal a proximal con la suficiente fuerza para que no se caiga. La presión desigual o las áreas descubiertas en cualquier parte de la extremidad pueden hacer que la hinchazón se acumule. Es decir de la siguiente manera:

Por último se utilizará la elevación del miembro afecto, ya que permite que la gravedad trabaje a favor del sistema linfático reduciendo la presión hidrostática, para disminuir la pérdida de líquido. Asimismo, facilita el retorno venoso y linfático por medio de la gravedad.

Una vez que la fase inicial o aguda del esguince de tobillo haya finalizado, se abordará la segunda etapa del tratamiento rehabilitador o fisioterapéutico, constituye en tres pilares fundamentales:
MOVILIZACIÓN: Una vez dismnuida la hinchazón y el dolor, se podrá ejecutar movilizaciones manuales en el tobillo de: flexión plantar, flexión dorsal, inversión y eversión.
FORTALECIMIENTO: La potenciación puede llevarse a cabo, realizando una progresión de ejercicios isométricos a ejercicios isotónicos. Podremos utilizar bandas elásticas para realizar todas las movilizaciones del tobillo pero con ayuda de éstas, así:

También realizaremos ejercicios de punta de pie para potenciar y fortalecer la musculatura posterior de la pierna: sóleo, gastrocnemio, tibial posterior; además de beneficiar al equilibrio de la articulación.

PROPIOCEPCIÓN: Ningún tobillo está bien recuperado después de un esguince o fractura si no se entrena la propiocepción. Recuerdo que la propiocepción hace referencia a la capacidad del cuerpo para detectar el movimiento y posición de las articulaciones, así como el estado de los músculos (diferentes grados de tensión y relajación.), lo cual es imprescindible para responder a esfuerzos, desequilibrios y otras dificultades. En el caso del tobillo es fundamental entrenar la propiocepción para garantizar que la zona esté fuerte, ágil y preparada para responder favorablemente ante estímulos que podrían provocar recaídas o nuevas lesiones.