Los abdominales son el
centro de fuerza del cuerpo. Cuando se goza de buena salud, el vientre debe ser
sostenido por la “faja natural” abdominal porque interviene en el mantenimiento
de la postura consiguiendo una correcta alineación corporal, conservando una alineación
corporal correcta aumentará la efectividad del ejercicio, aumentando el rendimiento
y disminuyendo el riesgo de lesión. Actúa como fijador y estabilizador del
tronco en distintas acciones motrices. En esfuerzos donde levantamos, empujamos
y traccionamos resistencias, mantiene la columna como una base sólida, permitiendo
que los brazos y piernas realicen el esfuerzo.
En esta zona media, existe
también el psoas iliaco. Se prolongan desde las seis últimas vértebras de la
zona lumbar de la columna vertebral hasta la parte delantera de las piernas.
Estos músculos son los que aproximan el tronco a las piernas al flexionar la
cadera. A diferencia de los abdominales su margen de movimiento es muy amplio.
Veamos un ejemplo: el clásico ejercicio abdominal tendido supino con las
rodillas estiradas. Los músculos abdominales sólo pueden levantar los hombros
hasta un ángulo de unos 30º respecto al suelo y, si intentamos elevarlos más,
entran en acción los flexores de la cadera. Así concluimos que se potencia
principalmente el psoas ilíaco causando gran tensión en la zona lumbar de
nuestra espalda llegando incluso al dolor.
Trabajar los
músculos del tronco supone hacer algo más que abdominales, el objetivo es
conseguir una activación muscular más funcional y global. En este caso
tenemos la técnica de CORE la cual abarca a los grupos musculares del tronco,
de la pelvis y de las extremidades encargados de la estabilidad de la columna
vertebral, cintura pelviana (tronco y abdomen). Ayudan a generar y transferir
la fuerza necesaria desde los segmentos mayores a los pequeños del cuerpo
durante las actividades y movimientos de este.
Su
funcionamiento se basa en un correcto equilibrio de longitud, fuerza y patrones
neuromotrices de todas las cadenas cinéticas que permitirá una eficiente
aceleración, deceleración y estabilización durante los movimientos.
Los
ejercicios, aplicando la técnica de Core, mejoran la fuerza tanto de forma
dinámica como sobre todo de forma estática ya que los músculos del tronco
tienen una función estabilizadora. Son ejercicios que más que fuerza requieren
cierto control postural, sobre todo en el movimiento de la cadera y columna.
El objetivo
de los ejercicios de Core son brindar mayor estabilidad y menos riesgos de
lesiones posibles logrando movimientos eficientes y seguros, sobre todo en la
zona lumbar o espalda baja que suele ser la más propensa a lesionarse durante
la práctica de algunos tipos de ejercicios como los abdominales “comunes”, es
por ello que éstos se han ido modificando en el tiempo y aplicando nuevas
técnicas como la que se acaba de nombrar.
Recuerde
que si tiene un buen CORE tendrá mejor estabilidad lumbopelvica y mayor fuerza
muscular evitando lesiones o algias musculoesqueléticas que muchas veces
requieren descanso y abandono de sus actividades cotidianas.