Entendemos por propiocepción el
proceso de reequilibración articular a través de los estímulos posturales
tendinosos y neuromusculares, que en sus aferencias facilitan el equilibrio y
el control articular.
Es decir el cerebro recibe la información sobre
la posición y el movimiento de las partes del cuerpo entre sí y en relación a
su base de soporte. Se produce a través de una serie de receptores distribuidos
por todo el organismo. Percepción de un estimulo externo para actuar y generar un movimiento articular sin necesidad de utilizar otros órganos de los sentidos.
Por tanto, es misión del fisioterapeuta hallar el sistema
de estímulo articular para potenciar y desarrollar esta percepción.
Se recomienda durante el
entrenamiento no usar vendajes articulares, aunque sean elásticos, ya que su
utilización interfiere en la percepción de estímulos y, por tanto, en la
propiocepción.
Todas las articulaciones son
susceptibles de ser tratadas con esta técnica, al igual que la estática general
del individuo: el SNC utiliza la información propioceptiva en la continua
regulación y modulación de los movimientos voluntarios y de la estática.
Las técnicas de facilitación
neuromuscular propioceptiva constituyen procedimientos muy concretos en los
que, a través de una demanda específica, se obtiene la respuesta deseada. Es todo
lo contrario a la inhibición y, específicamente, es el efecto del paso del
impulso en el tejido nervioso; es decir, que los impulsos que estimulan la
respuesta propioceptiva proceden de los nervios y de los músculos.
Recpetores en la propiocepción
Nuestro cerebro recibe la
información a través de receptores que
están distribuidos por todo el cuerpo:
· Husos
neuromusculares: están en
el vientre muscular y se estimulan cuando el músculo se estira de manera
leve. Son responsables del reflejo miotático, muy importante, ya que es un reflejo de
protección ante un estiramiento brusco (por ejemplo, si sufrimos un tirón en un
articulación, la musculatura de alrededor se contraerá para evitar mayores
daños).
· Órganos
tendinosos de Golgi: están
en la unión músculo-tendón y en el tendón y se estimulan al alargar de manera
pasiva las fibras musculares o al contraer voluntariamente el músculo.
Son responsables de la reacción de alargamiento que, cuando aparece una tensión
excesiva sobre el tendón, que puede conllevar la lesión o ruptura, este
receptor manda una señal de relajación al músculo.
· Propioceptores
capsuloligamentosos: se
encuentran en la cápsula y ligamentos e informan a la corteza cerebral de la posición y el movimiento de
la articulación. Son cuatro receptores: de Ruffini, de
Paccini, de Golgi-Mazzoni y de terminación libre.
· Propioceptores
vestibulares: se
encuentran en el oído interno informando de la posición de la cabeza y del
movimiento de esta.
Aquí les comparto un vídeo.
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